
PhenOlives, una startup israelí, ha innovado en la utilización del orujo de oliva, el residuo semi-sólido que queda después de extraer el aceite de oliva. Tradicionalmente, este subproducto se desecha rápidamente debido a su rápida oxidación. Sin embargo, PhenOlives ha desarrollado y patentado un proceso que previene esta oxidación, permitiendo transformar el orujo en harina de oliva rica en antioxidantes y polifenoles.
Este enfoque valoriza el 85% del fruto que normalmente se desperdicia, y contribuye a la sostenibilidad ambiental al reducir la cantidad de residuos terminan en vertederos.
La harina de oliva resultante contiene un 80% de fibra, es baja en azúcares y grasas, y alta en carbohidratos, se presenta como una opción saludable y sin gluten para la industria alimentaria. PhenOlives explora su uso en productos como panes, pastas, galletas y crackers, donde puede reemplazar completamente la harina tradicional en ciertas recetas.
Además, PhenOlives opera bajo un modelo de negocio B2B, asociándose con almazaras cercanas a sus instalaciones de procesamiento, principalmente en Europa. Estas colaboraciones no solo aseguran la materia prima necesaria para la producción, sino que también permiten que las almazaras ofrezcan mejores precios a los agricultores, generando un impacto económico positivo en las comunidades agrícolas.


